En San Petersburgo y sus alrededores comienza el otoño. Las hojas de los árboles se hacen amarillas y rojas y empiezan a caer. Casi cada día llueve, el cielo a menudo es gris, pero la temperatura del aire todavía es bastante comfortable (a eso de las +17+20 grados).
En los campos y los huertos recogen la cosecha: este verano ha sido muy generoso en setas de bosques y bayas silvestres.
Esta seta que se aprecia mucho en Rusia se llama "podosinovik" ("la seta que crece debajo del álamo temblón"). El diccionario me los traduce al espanol como "boleto castaño".
La recolección de los "regalos de la naturaleza" es el deporte preferido de la población rusa en otoño. Las bayas del bosque (sobre todo diferentes tipos locales de arándanos) son frutillas muy sabrosas y queridas por el pueblo ruso. Las bayas sirven para preparar pasteles y delicias de mermelada, confitura, compotas. Tambien se hacen diferentes dulces de las bayas de huerta: frambuesa, grosella, grosella espinosa y otras.
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